domingo, 11 de octubre de 2015

PREGÓN DOMUND 2015

PREGÓN DEL DOMUND-2015
10 octubre. Santa Iglesia Catedral de Albacete



1. El Delegado de misiones me ha encargado pronunciar  el "Pregón del Domund-2015",  por lo que me invita a decir en voz alta algo que conviene  que todos oigan: llamar  a  la conciencia de los cristianos a  vivir más intensamente  la misión que Jesucristo encomendó a su Iglesia y, en este momento, a nosotros, cristianos del siglo XXI.

2. Por ello, invito a sentirnos destinatarios de aquellas palabras de Jesús: "Todo poder me ha sido dado en cielo y tierra: Id al mundo entero y anunciad el Evangelio a toda persona, bautizando y enseñando lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".  Con estas palabras  al final del evangelio de san Mateo, Jesús resucitado  confía  su propia misión a sus discípulos, esto es, a la Iglesia que nace de la resurrección de Cristo.
Hace ahora  50 años, el concilio Vaticano II, en el Decreto "Ad gentes", actualizaba aquellas palabras, afirmando que "la Iglesia es misionera por naturaleza", su razón de ser es evangelizar, enviada por el Señor  para proclamar la Buena noticia de la salvación de Dios.  Y el papa Francisco  lo  dice incansablemente con la expresión "Iglesia en salida", que es lo propio de la Iglesia en todo tiempo y lugar.

3. El Papa, en su mensaje del Domund de este año, cita la Exhortación apostólica de Pablo VI "Evangelii nuntiandi", donde se dice que "quien  sigue a Cristo se convierte  necesariamente en misionero, y sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él". Y esto lo concreta en dos aspectos: "pasión por Jesús", y al mismo tiempo, "pasión por el pueblo". Esto es lo propio de un misionero-a: la pasión por Jesús y la pasión por el pueblo, y así se puede entender el lema del Domund-2015: "Misioneros de la misericordia".
Por desgracia, hay muchísimos cristianos que creen que los misioneros son como una ONG, y saben de ellos que están en países muy pobres, ayudando en las necesidades materiales. Y esto es verdad: en los países más pobres del mundo, allí están los misioneros-as  atendiendo  escuelas, hospitales, orfanatos, centros de formación, pero también llevando la fe en Jesucristo salvador del mundo y formando la comunidad cristiana, edificando la Iglesia.

4. El Decreto "Ad gentes" del Vaticano II, nos enseña que la Iglesia recibe la misión de Cristo para continuar su obra salvadora, por esto, la Iglesia se autodefine  como "sacramento universal de salvación", siendo Jesucristo quien actúa por mediación de la Iglesia, y de ahí que ésta tenga el deber permanente  de hacer presente a Jesucristo y su salvación en medio de los hombres y mujeres en todas la partes y en todos los tiempos.
Y también  dicho Decreto sobre la actividad misionera afirma  que "la Iglesia, enviada por Cristo para manifestar  y comunicar la caridad de Dios a todos los hombres y pueblos, sabe que le queda por hacer  todavía una labor ingente". Tal vez por esto, el papa Juan Pablo II, en la encíclica "Redemptoris missio" decía que "la misión está en sus comienzos".


5. El Concilio Vaticano II, con el Decreto "Ad gentes", fue un gran impulsor de la misión de la Iglesia, urgiendo a las diócesis a abrirse al mundo y compartir la fe con otros pueblos, todavía lejos de la fe y desconocedores de Jesucristo como salvador del mundo. Fruto de esta propuesta fue la decisión de muchas  diócesis de enviar misioneros a las llamadas tierras de misión o lugares donde la Iglesia no estaba presente o estaba en los comienzos.
Así fue como se inició hace ahora 40 años, la "Misión diocesana de Albacete en  Safané" en Alto Volta, hoy Burkina Faso, país africano en el África occidental, un país entonces, el 2º más pobre del mundo, con una renta per capita de 80 $. Hacía 75 años de la llegada de los primeros misioneros al país, y 9 de la llegada de éstos a Safané. Así fue como 9 años después  de fundar aquella misión, fuimos enviados 3 sacerdotes de Albacete, entre ellos éste que os habla, y que contaba entonces  27 años.
Esta misión o parroquia abarca una extensión de 2.100 kms, 100.000 habitantes, extendidos  en 103 pueblos. Las creencias  de la población: un 40% era musulmana,   casi un 60% animista, los cristianos rondaba el  0,6% de la población: unos 200 bautizados  y unos 400 catecúmenos. A nuestra llegada había comunidades cristianas en menos de 30 pueblos, actualmente en unos 60. Pero todavía quedan muchos pueblos donde no se conoce a Jesucristo. En la actualidad, los bautizados son alrededor de 2.000. Los sacerdotes nativos originarios de la parroquia son 6.
Allí llegamos, casualmente el día 3 de diciembre de 1975, día de San Francisco Javier, patrono de las misiones. Allí llegamos sin conocer la lengua nativa, hablando con dificultad el francés, y allí nos esperaba un sacerdote de Castellón,  que llevaba 8 años como misionero en el lugar, y 8 meses después nos daba el relevo, poniendo en nuestras manos, aquella inmensa parroquia, en una diócesis con 11 lenguas distintas. También estaban las Hermanas de la Consolación, presentes en Albacete, actualmente en la Institución Benéfica o  Cotolengo.

6. Los misioneros no marchan a misiones por su cuenta, sino enviados por el Obispo o una Congregación religiosa, es decir,  en nombre de la  Iglesia.
En nuestro caso,  fuimos  enviados por la diócesis de Albacete, con el respaldo del obispo D. Ireneo y  presbiterio diocesano y muchos cristianos que sentían Safané como una parroquia más, pero en el corazón de África. Y esto hizo que Safané fuera un lugar familiar para muchos albaceteños de la ciudad y de los pueblos, sacerdotes y laicos, creciendo enormemente el espíritu misionero. Algunos sacerdotes, seminaristas,  familiares y amigos, y otras personas que se interesaron por la misión tuvieron ocasión de visitar y conocer de cerca aquella misión diocesana.
Nuestra tarea era anunciar a Jesucristo, ofrecer la fe, formar cristianos; pero también hacer lo que hacía Jesús: tener una mirada de misericordia y tender una mano a los que sufren y aquella era una tierra muy castigada por el hambre, el analfabetismo, el subdesarrollo,   y de ahí le necesidad de luchar contra esos males,  y eso se hacía construyendo pozos, escuelas, centros de formación, alfabetización de adultos; todo esto era posible gracias a la colaboración de parroquias, colegios e institutos, personas particulares de Albacete y sus pueblos,  y de Manos Unidas, gracias a la cual se construyeron muchos pozos y proyectos  sanitarios.
 
7.  Médicus Mundo de Albacete fue, de alguna manera, un fruto de nuestra presencia en aquel país, porque  unas personas de Albacete en visita a Safané vieron  cómo colaboraba Médicus Mundi de Castellón, enviando medicamentos y un cirujano que, cada año, dedicaba sus vacaciones a operar durante 25 días, haciendo cada año unas 60 operaciones, para lo que la misión cooperaba, suministrando alojamiento al médico y su equipo, así como a muchos enfermos en el post-operatorio.
Este ejemplo de Castellón movió a algunas personas de Albacete, entre ellos algunos médicos,  a fundar Médicus Mundi de Albacete, como muchos conocéis,  y que trabaja  en Houndé, una región de Burkina, a unos 140 kms de Safané.

8. Seis sacerdotes pasamos por Safané, asegurando una presencia de 25 años en aquella parroquia. Yo en concreto estuve 13 años. Desde el año 2.000 se pasó el relevo a sacerdotes nativos, volviendo a España los 2 últimos sacerdotes que quedaban de Albacete.
También Albacete envió sacerdotes a Guatemala, y todavía quedan 2 en aquellas tierras; algunos también en algún otro país como Argentina, Chile y Ecuador. Hay otros sacerdotes y muchas religiosas de Albacete, que a través del IEME y otras congregaciones religiosas hacen actual el envío misionero dado por el Señor, entre ellos D. Angel Floro, obispo de Gokwe, en Zimbabwe, que ha celebrado sus 50 años de sacerdote, casi todos ellos vividos en aquel país africano, los 15 últimos como obispo.

9. A veces se oye la frase en boca de cristianos: "no hace falta ir a misiones, la misión está aquí". Y es verdad, y ahora más urgente que otras veces. Debemos  ser misioneros, comenzando por la propia familia, parroquia y ambientes donde nos movemos.
Pero aún así, también la misión fuera de nuestra tierra es una urgencia, porque se trata de compartir nuestra fe con personas de otras culturas y en los lugares más pobres, no solo en recursos materiales, sino también pobres porque no conocen a Jesucristo ni lo reconocen como salvador.
Si nos sentimos misioneros de verdad aquí, en nuestras parroquias, en nuestro ambiente, se debe notar nuestra apertura, compartiendo también con los países y personas más allá de nuestras  fronteras. Ya vemos que en las zonas de conflicto, allí están los misioneros y misioneras; los funcionarios se van, pero los misioneros, casi siempre se quedan al lado de los que más sufren: Republica Centroafricana, Iraq, Siria, Nigeria, India, Sierra Leona, son algunos países donde a pesar de los conflictos y guerras, los misioneros  allí están y se quedan junto a sus gentes como a veces nos cuenta la prensa con noticias desgarradoras.
 
10. El Día del Domund, hemos dicho,  es  una llamada a tomar conciencia de que todo cristiano ha de ser un misionero, "Iglesia en salida", que dice el Papa. Llamada a que seamos corresponsables en la misión de la Iglesia, y que nos interesemos  por los misioneros, primero con la oración, pero también con nuestra solidaridad económica, apoyando y sosteniendo materialmente la actividad  evangelizadora y de promoción  humana que llevan a cabo en lugares tan difíciles y pobres. La Colecta del Domund tiene este destino. Que seamos generosos en nuestra colaboración económica. Que nos interesemos por las misiones.
Pedimos al Espíritu Santo que nos mueva y dé fuerza para que todos nos sintamos "misioneros de la misericordia". Que así sea.