Un niño misionero
siempre da las gracias, y por eso, en este Año de la Misericordia, nuestro
lema para celebrar la jornada de la Santa Infancia es, simplemente, “Gracias”.

Este año, en nuestra diócesis de Albacete, hemos participado
en el concurso fotográfico convocado por OMP y ha sido un verdadero regalo.
Muchísimos niños de nuestras parroquias y colegios han participado y expresado
su gratitud: gracias por la vida; por
este lugar tan bonito que es la Tierra; Gracias papás, por vuestro amor,
sacrifico y dedicación; Gracias por los paisajes que Dios nos ha dado, y
gracias por la Paz; Gracias por los dones que estoy recibiendo en mi vida, por
los profesores y catequistas; Gracias por mis hermanos; Hoy le doy gracias a
Dios porque puedo andar, oír, ver, hablar y porque me regala un día más de
vida! Son solo algunos ejemplos.
Y una más: Gracias, Señor, por haberte sacrificado por nosotros.
Aquí está la clave y el sentido de esta
jornada. Aquí está la Alegría de la Misión: el sacrificio de nuestro Señor por
todos y cada uno de los hombres. Aquí está la misericordia de nuestros
misioneros; por eso esta Jornada se celebra en todo el mundo y todos los
niños - ricos y pobres- rezan por los otros niños, y entregan una pequeña
aportación, fruto de alguna renuncia.
No podemos dejar de ser niños, no podemos dejar de mirar con
ojos de agradecimiento. Sentirse agradecido nos abre el corazón a la propia
llamada de Dios a ser santos en este mundo, y además, nos abre las manos para
ser agradecidos con el prójimo como verdaderos Misioneros de la Misericordia.
GRACIAS.