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En una reunión de delegados de Misiones de la Provincia Eclesiástica de Valencia (a la que entonces pertenecía Albacete), la diócesis de Castellón pidió la ayuda de las otras diócesis para sustituir a los sacerdotes que ya trabajaban en Safané y que no tenían relevo en aquel momento. El delegado se ofreció voluntario y se puso en contacto con Pedro Ortuño Amorós y Juan Cárdenas Hernández, que alguna vez habían manifestado sus preocupaciones misioneras, sin ninguna concreción.
Bautizo celebrado por el sacerdote DIEUDONNE, actualmente de "misión" en Albacete y fruto de aquella misión!!! |
Según
contaban a la diócesis de Albacete, “los tres consideramos aquellas
circunstancias como una llamada del Señor. Aunque para muchos compañeros de
misión éramos curas ‘fidei donum’, nosotros nos consideramos siempre
‘diocesanos’. La denominación ‘fidei donum’ tenía su origen en la Encíclica del
mismo nombre publicada por el Papa Pío XII. Era la respuesta individual de los
sacerdotes seculares, y por un tiempo determinado, a la tarea primordial de la
Iglesia, enviada por el Señor para ‘hacer discípulos de todos los pueblos’. Era
una opción válida que habían seguido muchos sacerdotes. El cambio de mentalidad
operado por el Concilio determinó que muchas diócesis iniciaran un compromiso
más comunitario, adoptando como parte suya, algunas parroquias o demarcaciones
misioneras, para servirlas con personal y con medios.
Doy
testimonio de que mis compañeros Paco y Pedro, y más tarde, Manuel de Diego
hicieron un trabajo extraordinario, y me ayudaron con su ejemplo y comprensión
a colaborar con ellos, sintiéndome feliz, y, algunas veces, útil, sin exagerar.