El
día 2 de diciembre de 1975 tres sacerdotes de Albacete llegaban a Safané, en
Burkina Faso. Así comenzaba la “Misión Diocesana de Safané”. El obispo de
Albacete, ya fallecido, Mons. Ireneo García Alonso, así la quería, y así quiso
considerarla desde el primer momento a propuesta del delegado de Misiones
Francisco Gil Oliva., según explica Juan Cárdenas, uno de los misioneros que se
embarcaron en esta aventura de evangelización y de hermanamiento entre
Iglesias.
En una reunión de delegados de Misiones de la Provincia Eclesiástica de Valencia (a la que entonces pertenecía Albacete), la diócesis de Castellón pidió la ayuda de las otras diócesis para sustituir a los sacerdotes que ya trabajaban en Safané y que no tenían relevo en aquel momento. El delegado se ofreció voluntario y se puso en contacto con Pedro Ortuño Amorós y Juan Cárdenas Hernández, que alguna vez habían manifestado sus preocupaciones misioneras, sin ninguna concreción.
Bautizo celebrado por el sacerdote DIEUDONNE, actualmente de "misión" en Albacete y fruto de aquella misión!!! |
Según
contaban a la diócesis de Albacete, “los tres consideramos aquellas
circunstancias como una llamada del Señor. Aunque para muchos compañeros de
misión éramos curas ‘fidei donum’, nosotros nos consideramos siempre
‘diocesanos’. La denominación ‘fidei donum’ tenía su origen en la Encíclica del
mismo nombre publicada por el Papa Pío XII. Era la respuesta individual de los
sacerdotes seculares, y por un tiempo determinado, a la tarea primordial de la
Iglesia, enviada por el Señor para ‘hacer discípulos de todos los pueblos’. Era
una opción válida que habían seguido muchos sacerdotes. El cambio de mentalidad
operado por el Concilio determinó que muchas diócesis iniciaran un compromiso
más comunitario, adoptando como parte suya, algunas parroquias o demarcaciones
misioneras, para servirlas con personal y con medios.
Con
este deseo de evangelizar, de servir a los más pobres, y de hacerlo como equipo
unido por la fe en Jesús, y dispuestos a intentar vivir fraternalmente con la
ayuda del Espíritu Santo, nos pusimos en marcha el día 26 de noviembre de 1975
desde el aeropuerto de Valencia, acompañados por un buen número de seminaristas
menores que llevó César Tomás, nuestro nuevo delegado de misiones, que siempre
nos acompañó con su amistad, su simpatía y su incansable trabajo.
Doy
testimonio de que mis compañeros Paco y Pedro, y más tarde, Manuel de Diego
hicieron un trabajo extraordinario, y me ayudaron con su ejemplo y comprensión
a colaborar con ellos, sintiéndome feliz, y, algunas veces, útil, sin exagerar.
Durante
25 años, —a través de los sacerdotes citados y después con Miguel Giménez
Moraga, Julián Mansilla Escudero, que formaron otro equipo con Pedro—, Albacete
estuvo a cargo de la Misión de Safané, hasta que la diócesis de Dedugú tuvo
suficientes sacerdotes para hacerse cargo totalmente de la misma. Todos
recordamos con cariño, al obispo que nos recibió allí, y que falleció en
Albacete, Monseñor Ceferino Toé, así como a los Padres Blancos, que fundaron la
parroquia en 1966, y a los sacerdotes nativos que iban surgiendo, incluyendo
algunos surgidos de Safané, como el actual párroco de la misma, el Abbé Noel
Baya. El año que viene será el 50 aniversario de la fundación de la parroquia”,
recuerda Juan Cárdenas.